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Shunga

Shunga significa, literalmente, "imágenes de primavera". por lo tanto cuando un japonés susurra primavera, quiere decir sexo, en un eufemismo sutil y bello como los cerezos en flor que regalan las llanuras de Kioto. Son dibujos sobre láminas de madera donde los protagonistas van inesperadamente vestidos. Lejos de la pornografía occidental actual, donde lo habitual es la obviedad y la desnudez, el Shunga suele mantener a los hombres y a las mujeres con sus ropas.

Excitan más esas telas, hermosas y refinadas, que la simple piel que tan acostumbrados estaban a ver en los baños mixtos (onsen).

El erotismo se encuentra entre esos kimonos que dejan ver geniales exagerados hasta el repullo: la ropa servía para identificar a los protagonistas, para descubrir su procedencia. Según vayan vestidos, podrás saber si estás viendo a un comerciante, un guerrero, una sirvienta o una cortesana.

La mayoría de estos dibujos muestran relaciones entre parejas heterosexuales, donde la mujer tiene un papel activo tanto para recibir como para ofrecer placer. En menos cantidad, también los hay con escenas homosexuales, tríos y orgías.

Uno de los más famosos es El sueño de la esposa del pescador (Tako to Ama), de Katsushika Hokusai, en el que una mujer copula con un pulpo enorme. La obra es una imagen turbadora, a medio camino entre el erotismo y el terror, de la que han surgido análisis rayanos en lo científico en un intento por comprender qué nos quería contar el artista. Estas interpretaciones van desde esclarecer que se trata de un pulpo gigante del Pacífico (la coloración de su piel es la pista), hasta concretar que el animal no está penetrando a la mujer, sino practicándole un imposible y terrorífico cunnilingus con su dentada lengua.

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